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lunes, 2 de junio de 2025

266.000 empleos dependen de la papa: UPRA presenta plan al 2040

 

En el marco del Día Nacional de la Papa, la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (UPRA) resaltó la relevancia estratégica de esta cadena productiva en Colombia, clave para la seguridad alimentaria, la economía rural y la gestión eficiente del suelo agropecuario.

 


Según análisis técnicos realizados por la UPRA a través del Sistema de Información para la Planificación Rural Agropecuaria (SIPRA), el país cuenta con más de 1,7 millones de hectáreas aptas para el cultivo de papa en el primer semestre agrícola y 1,8 millones en el segundo, con más del 53 % de esa área clasificada como de alta aptitud. Este conocimiento técnico permite orientar con mayor precisión las decisiones de siembra, inversión y abastecimiento en las regiones.

 

Dora Inés Rey, directora (e) de la UPRA, subrayó que este proceso de planificación es un avance estructural para el campo colombiano. “El ordenamiento productivo de la cadena de la papa nos permite priorizar el uso eficiente del suelo, fortalecer a los pequeños productores y generar condiciones para atraer inversión productiva en zonas rurales. Planificar con datos, con enfoque territorial y con visión de largo plazo es la mejor manera de garantizar seguridad alimentaria y desarrollo sostenible”, afirmó.

 

Una cadena que alimenta y emplea

En Colombia existen más de 90.000 productores de papa, cuya actividad generó más de 3,6 millones de toneladas de producción durante 2023, con un área sembrada que alcanzó las 192.589 hectáreas. Estos datos fueron compartidos por Alexander Rodríguez Romero, quien también destacó que el cultivo representa el 1,4 % del PIB agropecuario, con una fuerte demanda de empleo, transporte e insumos. Se trata, además, de una de las actividades agrícolas más representativas de los climas fríos del país.

 

En términos de empleo, la cadena de la papa genera más de 266.000 puestos de trabajo, de los cuales al menos 76.000 son directos. La agricultura campesina, familiar, étnica y comunitaria es protagonista en este renglón, con el 75 % de las unidades productivas del sector y el 61 % de la producción nacional.

 

Planificación con visión al 2040

Uno de los principales avances liderados por la UPRA ha sido la formulación del Plan de Ordenamiento Productivo (POP) y de los Planes Maestros de Reconversión Productiva Agropecuaria de la papa, desarrollados de forma participativa en articulación con productores, gremios como Fedepapa, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, gobernaciones y demás actores de la cadena.

 

Alejandro Flórez, líder de los POP en la UPRA, explicó que estos instrumentos definen una hoja de ruta a 20 años para transformar la cadena en una actividad más eficiente, con productos de calidad, mayor valor agregado y mejores condiciones para los agricultores. “El POP contempla un Portafolio de Programas y Proyectos con ocho programas y 27 proyectos estructurados, orientados a dinamizar inversiones públicas y privadas, impulsar procesos de innovación y promover un uso sostenible de los suelos”, afirmó.

 

Reconversión sin desplazamiento productivo

Por su parte, Fidel Londoño Stipanovick, líder de los Planes Maestros en la UPRA, explicó que la reconversión productiva no busca reemplazar el cultivo de papa, sino mejorar las prácticas para hacerlas sostenibles en lo social, económico y ambiental. En ese sentido, la entidad ha trazado cuatro objetivos concretos:

 

Reducir las brechas en desempeño y sostenibilidad de las actividades agropecuarias.

Establecer lineamientos para direccionar la oferta institucional hacia la transformación de los sistemas productivos y del territorio.

Disminuir los conflictos de uso del suelo dentro de la frontera agrícola. 

Mejorar la oferta y calidad de productos agropecuarios vinculados con la seguridad alimentaria del país.

 

Hacia una cadena más competitiva e inclusiva

Con estos esfuerzos, la UPRA reafirma su compromiso con una planificación territorial que articule datos técnicos, políticas públicas y participación de los actores rurales, como una herramienta clave para garantizar la seguridad alimentaria del país. El impulso al ordenamiento productivo de la papa es también una apuesta por un modelo de desarrollo rural que protege el suelo, fortalece a los pequeños productores y consolida una cadena más competitiva, sostenible e inclusiva en todo el territorio nacional.

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