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sábado, 24 de marzo de 2012

Desfile inaugural del Iberoamericano de teatro de Bogotá 2012

Comparsas de distintos grupos teatrales engalanaron el desfile de apertura del XIII Festival Iberoamericano de teatro de Bogotá, bajo un torrente aguacero en la tarde de este sábado.


Festival Iberoamericano de teatro de Bogotá 2012 (Foto Yessika Oliveros)
La tarde Bogotana estaba fría, los cerros circundantes de la capital colombiana vislumbraban el fuerte aguacero que caería sobre la ciudad, pero así muchos bogotanos, visitantes de otras ciudades y del mundo, se desplazaban lentamente para apostarse en las orillas de las calles para coger el mejor puesto y otros salían por las ventanas de los edificios para ver la gran Comparsa de apertura del XIII Festival Iberoamericano de teatro.

La cita era a las tres de la tarde y  se daría inicio con el paso de una gran bandera de Colombia, pero a la par de la presentación, un fuerte aguacero se dio paso para opacar la celebración. Los organizadores y los artistas participantes se tomaron su tiempo para esperar a que el clima mejorará, mientras la bandera colapso por la cantidad de agua que cayó, pero igual, sin esta, se dio inicio al festejo.

Ana Martha de Pizarro directora del Iberoamericano 
(Foto Yessika Oliveros)

El colorido se tomó el centro de la capital encabezado por la directora del certamen Ana Martha de Pizarro, la representación indígena y uno a uno desfilaron los grupos de teatro que participarán en los actos gratuitos para los bogotanos. Los zanqueros, los galácticos, las chirimías, los rancheros, la idiosincrasia colombiana, una gama innumerable de músicos, actores y cantantes se tomaron el escenario de la calle para calentar la fría tarde Bogotana.

Se oía decir entre los transeúntes que ni el famoso ‘Chaman’ este año había podido parar la lluvia. A propósito este personaje se hizo famoso por su participación en el pasado campeonato de fútbol sub20 de Bogotá, para que no lloviera  y ha colaborado en cada versión del Festival. En esta ocasión  está haciendo sus rituales en el gran parque Simón Bolívar, sitio que será el epicentro de la mayor cantidad de presentaciones gratuitas de teatro callejero.

Al caminar por la carrera séptima de Bogotá,  el sitio que se engalanó con este evento, se observaban personas de todas las clases sociales, razas, tamaños, niños y adultos, todos reían, aplaudían y se regocijaban de ver que su ciudad se llenaba de alegría. Aunque los paraguas no dejaban observar a los participantes, la gente se las ingeniaba para capturar las mejores fotos del desfile y se atrevían a pasar los cordones de seguridad para tomarse una fotografía con ellos.

Totó La Momposina en el concierto del Iberoamericano 2012
Luego de haber caminado o esperado el paso de las comparsas y estar varias horas bajo la lluvia, al llegar al final del recorrido en la Plaza de Bolívar, una gran tarima esperaba que la tarde de fiesta bogotana tuviera un final feliz y así fue, la gente enloqueció al caer la noche cuando recibieron la gran recompensa, las luces de la tarima se encendieron y allí apareció Totó la Momposina, una de las artistas colombianas más importantes de los últimos tiempos,  con un traje naranja y la alegría costeña que la caracteriza.

Totó la Momposina es una mujer de la costa caribeña, quién con su música autóctona se ha tomado los teatros más importantes del mundo y que está noche hizo vibrar la Plaza de Bolívar con su voz al interpretar la canciones del maestro Lucho Bermúez, para celebrar los cien años de su natalicio.

Aunque la lluvia seguía cayendo no fue impedimento para que grandes y chicos desdoblaran su sentir, comenzarán a bailar y a tararear cada canción interpretada por esta mujer. 

Luego de más de dos horas de espectáculo, se apagaron lentamente las luces y perezosamente el público se desplazo a buscar el transporte y a revisar, muy seguramente, la agenta de este Festival Iberoamericano de Teatro 2012, para no perderse ninguna de las obras que serán presentadas en diferentes puntos de Bogotá. 

Antecedentes del Festival Iberoamericano de Teatro

El Festival Iberoamericano de teatro de Bogotá,  nació en 1988 de la mano de la actriz y directora Fanny Mikey y en su versión XIII esta renovado con miles de caras.


XIII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá

La puesta en escena  de la obra “María Barilla” le dio sabor de la costa Atlántica colombiana, a la  apertura a la versión XIII del Festival  la noche de su lanzamiento oficial. 


Además, contó con la participación de la interprete Totó la Momposina, quien canto canciones del maestro colombiano Lucho Bermúdez, como homenaje a los cien años de su natalicio. 


Antecedente del Festival Iberoamericano de Teatro

El primer Festival reunió 59 compañías de 21 países. Se sobrepasaron las fronteras de la integración iberoamericana y hubo representación de tres continentes.

Segunda edición. Del 6 al 15 de abril de 1990: "Los lenguajes del teatro del mundo"

Después del ejemplo pluralista de la primera edición que convocó a los colombianos, amplió el público y fortaleció la cultura teatral del país, el II Festival Iberoamericano de Teatro se convirtió en el encuentro del teatro colombiano con el del resto del mundo.

Tercera edición. Del 8 al 19 de abril de 1992: "Encuentro de dos mundos"

Este año el Festival se unió a la conmemoración de los 500 años del Descubrimiento de América y bajo el lema "Encuentro de dos mundos" revivió la odisea de descubrir otros lugares y de hacer universal el arte.

Cuarta edición. Marzo 23 a abril 3 de 1994: "Bogotá, Escenario del mundo"

Este año la Unesco eligió al FITB como evento sede del Premio Unesco para la Promoción de las Artes.  De nuevo los cinco continentes fueron los protagonistas del teatro y estuvieron representados por una cifra récord para entonces: 103 compañías de 28 países.

Quinta edición. Marzo 22 a abril 7 de 1996: "Un acto de fe en Colombia"

El V FITB fue la reanudación de una celebración que refrescó por dos semanas el ambiente adverso del país a través del teatro. Fue también la forma de mostrar los frutos que el evento ha dado en la sociedad colombiana, la misma que cada día busca expresarse y encontrar motivos que le devuelvan la confianza y la armonía.

Sexta edición. Marzo 27 a abril 12 de 1998: “Diez años de fe en Colombia"

El FITB celebró su primera década reafirmando la misma fe con la que nació en 1988. Fueron diez años en los que el teatro fue el medio para ofrecer esperanza. También fue la confirmación de que el FITB ha transformado la vida cotidiana de Bogotá, convirtiendo plazas, parques, coliseos en los puntos de encuentro de un público exigente y crítico de las artes escénicas del mundo.

Séptima edición. Del 7 al 23 de abril de 2000 : "El estreno del siglo"

Este año, la VII versión del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá celebró la entrada al nuevo milenio bajo el lema "El ESTRENO DEL SIGLO", la capital colombiana fue nuevamente el escenario para la difusión y consolidación de artistas de todos los continentes.

Octava edición. Marzo 15 a 31 de 2002 : "La vuelta al mundo en ochenta obras"

Con la octava edición del FITB una vez llegada las compañías de los 5 continentes: 30 países fueron representados por 83 compañías de teatro, incluyendo 42 producciones colombianas, para un total de 420 presentaciones y 120 eventos de teatro callejero.

Novena edición. Marzo 26 a abril 11 de 2004: "Un mundo para ver"

Cinco continentes, 33 países, 52 compañías internacionales, 141 grupos colombianos, 7 estrenos mundiales, 16 salas, 6 coliseos populares, 24 parques, 3 sitios de rumba, 617 funciones, 2 grandes conciertos, 54 invitados internacionales 820 inscritos en los Eventos Especiales, 540 periodistas nacionales, 45 corresponsales extranjeros, 22 enviados especiales, 2180 artistas, y más de 2'600.000 espectadores le dieron vida al IX Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá que del 26 de marzo al 11 de abril del 2004 nos sorprendió con UN MUNDO PARA VER.

Décima edición. Marzo 31 a 16 de abril de 2006 : "El mundo en escena"

Las cifras fueron contundentes y la respuesta del público sobrepasó las expectativas más positivas, con una ocupación en sala del 90%. Nuevos espacios, nuevas salas, nuevas propuestas y nuevos artistas se tomaron el Festival. Un Teatro Juvenil, otro exclusivo para Marionetas, una Sala de Cine, un Ring de Lucha Libre, los semáforos (donde 12 colectivos reivindicaron el oficio del artista callejero) y el encuentro de Cuenteros del Mundo, se sumaron a las demás programaciones.





Bogotá ciudad teatro del mundo



Décima primera edición
Las cifras fueron contundentes y la respuesta del público sobrepasó las expectativas más positivas, con una ocupación en sala del 90%. Nuevos espacios, nuevas salas, nuevas propuestas y nuevos artistas se tomaron el Festival. Un Teatro Juvenil, otro exclusivo para Marionetas, una Sala de Cine, un Ring de Lucha Libre, los semáforos (donde 12 colectivos reivindicaron el oficio del artista callejero) y el encuentro de Cuenteros del Mundo, se sumaron a las demás programaciones.

Con esta edición se celebró los 20 años de creación del Festival y se logró cumplir con uno de los principales objetivos: la consolidación de una trayectoria artística y de organización que permite la realización de un evento de esta magnitud. Se amplió la programación de espectáculos y de públicos y con el nuevo proyecto del Canal de Televisión se amplió la cobertura del evento a todos los municipios del país y al exterior, con imágenes propias.


Décima segunda edición. Marzo 19 al 4 de abril de 2010: "Únete a la fiesta. El festival es tuyo"

Con esta  edición se le rindió un homenaje a Fanny Mikey, fallecida actriz, directora y fundadora del Festival, quien dejó un legado que se traduce en un modelo de trabajo empresarial basado en objetivos muy esenciales y una filosofía sobre el rol social del teatro y sobre el diálogo intercultural. Bajo la dirección ejecutiva de Anamarta de Pizarro, el Festival cumplió con estos  objetivos.

Décima tercera edición. Marzo 23 a abril 8 de 2012: "La fiesta de las mil caras"

Totalmente renovado, con una imagen que rompe con todo lo anterior y una alucinante programación que destaca lo más arriesgado de las artes escénicas del mundo actual, llega el XIII Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Obras de circo, cabaret, musicales, espectáculos de gran formato, orquestas en vivo, impresionantes piezas de danza, nuevas lecturas de los clásicos, reconocidos directores, las más grandes compañías, los jóvenes más innovadores y hasta la presencia de estrellas mundiales, caracterizan a esta nueva versión que subirá el telón, del 23 de marzo al 8 de abril de 2012.



Con esta edición se celebró los 20 años de creación del Festival y se logró cumplir con uno de los principales objetivos: la consolidación de una trayectoria artística y de organización que permite la realización de un evento de esta magnitud. Se amplió la programación de espectáculos y de públicos y con el nuevo proyecto del Canal de Televisión se amplió la cobertura del evento a todos los municipios del país y al exterior, con imágenes propias.

lunes, 12 de marzo de 2012

Sin querer estuve en el paro de Transmilenio - Segunda entrega

Crónica 
Por: Claudiasincensura

Cuando llegue a la estación próxima a la universidad cruce la calle,  reconocí a varios compañeros, levante la mano para saludar y no le di mayor importancia a su presencia, porque en mi mente la profesora crecía de tamaño desorbitadamente y veía cómo con un gran  lapicero rojo colocaba junto a mí nombre un redondo cero que me dañaría el promedió.

Camine hacia la facultad, salude al señor de la esquina que vende chicles y cigarrillos, me pregunto ¿parce y hoy no va a llevar lo de siempre? y le dije no, no, más rato, hoy voy muy tarde y él sonrió. Llegué a la puerta y por variar mi suerte no era  la mejor, habían cambiado al vigilante quién me pidió el carnet para ingresar, ese momento se hizo eterno, esculque entre mis bolsillos  y no sabía ¡a dónde diablos había dejado ese susodicho papel!, hasta que por fin lo encontré y él verificó la foto, la fecha de caducidad, lo único que le falto fue pedirme la huella digital, ¡¡¡ufff!!! y luego me dió paso.

Transité por los pasillos con una angustia descomunal, subí las escaleras al tercer piso, llegue al salón y estaba vacío. No lo podía creer,  la gorda se había ido, bueno la profe se había ido, ya eran las nueve y cuarenta, la clase no debería haber terminado. Me senté cansado y desilusionado de este mal día, una vez más tomé aire y baje a buscarla.

Avenida Caracas con calle 72


En la plazoleta central estaban reunidos los compañeros de clase y  entre burlas me dijeron qué a qué había ido si la profesora espero hasta las ocho, recogió los trabajos, había puesto ceros a diestra y siniestra, y se marchó sin decir nada.  En ese momento recordé lo que decía un amigo, que la mente atraía, me sentí miserable, agotado. Agarre mi cara con las dos manos y de mis entrañas brotó un 'madrazo' más grande que la misma madre de la profesora. Ya nada podía hacer, solo esperar que el próximo lunes el transmilenio fuera mejor, bueno que ironía, ya sé que no será mejor.

Entré a la cafetería y pedí un café. El ambiente estaba raro,  había mucho revuelo, me relaje y pensé que solo era una mal día. De pronto entro un grupo de estudiantes de primer semestre felices y saltando en una pata, ya no hay más clase y yo que aún no aterrizaba en la realidad, les pregunte y ¿por qué?, pues por el paro, no ve que no hay transporte, el transmilenio está bloqueado. Ahí me di cuenta que mi único problema no era el cero que coloco la maestra, sino cómo devolverme para la casa.

Recordé  lo que decía la convocatoria en facebook sobre el paro que sería una manifestación pacífica y se le pedía a la gente que estuviera tranquila, que entonará consignas, que se sentaran en los andenes y en el piso de la calle para que los buses no pasaran. No me pareció descabellado porque eso lo había visto a los largo de mi recorrido. Lo que no decía era sobre la presencia de esos uniformados de negro.

Tome lentamente el café como si quisiera borrar lo malo de esta mañana y lo bebí espaciosamente como si deseará  que el tiempo pasará lo más lento posible. Luego salí de de nuevo a la plazoleta con la bebida en la mano y me reuní con los compañeros del semestre, los note ansiosos, como nerviosos, hablaban bajo. Mientras me tomaba el tinto los observaba entrar y salir.

Era raro, nadie hablaba de la profesora gorda y mala gente, parecía que al único que le importaba esta "personajilla de marras", era a mí. De pronto Juan dijo: llego la hora de salir, los de  de administración y las otras facultades ya están afuera. Yo les pregunte ¿ir a dónde? ¿al paro? Sí, nos vamos para allá o es que a usted le da ‘culilllo’, replicó Juan, yo le conteste: no hermano la vaina esta fea, yo vi a los policías esos del Esmad como espantaban a la gente, pues no se…

Entonces todos me rodearon y comenzaron a hablar de la tragedia de sus vidas. Catalina me dijo ¿usted sabe qué en nuestro país tenemos la gasolina más cara de Suramérica? y qué aquí no pasa nada,  todos los días comemos y los alimentos suben por el costo del transporte y le echan la culpa dizque a la lluvia o al sol. Juan agrego, cuántos de nosotros no venimos a estudiar escasamente con lo de los buses, hermano haga cuentas, el mínimo es un poquito más 500 mil pesos  y eso se gana mi mamá haciendo el aseo, mi solo transporte es de casi 70 mil ‘lucas’ al mes, solo para venir aquí y la vieja tiene que darle a mis hermanos lo de las onces, su transporte, la comida y los otros gastos  de la casa. A usted le parece justo que tengamos que someternos solo a ese transporte tan caro y malo o ¿no me diga que a usted no lo suben a empujones? y ¿qué siempre tiene para el transporte? Así escuche a cada uno dándome las explicaciones del por qué debería salir.

Me dio vaina dejarlos solos y entonces les dije bueno, yo voy un rato porque después tengo que buscar en qué irme, fue como la única disculpa que encontré para liberarme de ese compromiso. 

Salimos de la universidad y el mismo vigilante esculco las maletas de todos y con su mirada agresiva, nos miró salir. Llegamos a la esquina, los jóvenes estaban aún sentados en los andenes, cantando y gritando consignas, me alegre de ver que todo se estaba desarrollando como lo decía la convocatoria, vi a los compañeros,  los salude e identifique a algunos de la otra universidad cercana. No me demoré en entrar en calor, comencé a gritar  las arengas, a reír un rato porque por fin habíamos parado a los buses rojos y el tiempo paso sin que me diera cuenta.

Al rato de estar ahí, uno de los compañeros nos dijo que debíamos movilizarnos a la siguiente estación porque allí había poca gente, así que yo me dispuse a ir con ellos porque avanzaba hacia mi casa. Cuando nos levantamos  para irnos comenzó a llegar el Esmad y pensé:  ¡uy.!.. menos mal que me voy, aquí la cosa se puso peluda. Éramos unos treinta los que nos íbamos para la otra estación, algunos gritaban, otros cantaban y nuestro grupo se fue todo el trayecto hablando de lo mal que estaba el país, de cómo a las generaciones anteriores a nosotros no las dejaron protestar, porque les mandan el antiguo Esmad o sea  la PM, nos pareció gracioso y nos reímos mucho porque Cony comenzó a narrar lo que sus papás le habían contado, cómo se escapaban de los policías militares, las peripecias para protestar  y así caminamos algo más de ocho cuadras.

Al llegar a la estación habían muy  pocos estudiantes, nosotros   nos apostamos en los andenes y en el piso como estaba dispuesto, empezamos a gritar las consignas, la tarde fría caía sobre nosotros, todo se desarrollaba en calma y el tiempo pasaba sin que me afectará. En un momento hice un alto y observe como la gente del común, esa que todos los día reniegan contra este transporte masivo, se apostaba en los andenes y nos miraban como bichos raros, entonces reflexione: si a ellos al igual que a nuestras familias el Estado no les cumple con los derechos fundamentales y montan en transmilenio todos los días ¿por qué razón ahora nos miran como si fueran de mejor familia?, gente de doble moral, pensé, les gusta hablar y hablar y ninguno es capaz de sentarse aquí. Me sentí tan raro que solo veía como ellos sacaban sus celulares y buscaban el mejor ángulo de nuestro encuentro para tomarlo… ¡pamplinas!  ¡Gente de recontradoble moral!.

Pero no solo ellos, los curiosos y los incapaces nos observaban. 

En el cielo opaco se veían pasar continuamente helicópteros que me imagino “controlaban” desde el aire nuestras actuaciones. De pronto a lo lejos se escucharon estruendos, unos tras otros y mis compañeros dijeron: ¡Maricas son los del Esmad! y parece que es en la otra estación… Entonces comenzamos a llamar a quienes se quedaron allí y nos contaron que  los policías iniciaron su desfile de bolillos pegándole a los escudos y al tiempo tiraron gases lacrimógenos e hicieron estallar los ensordecedores, es la manera que tienen para retar, exaltar a los manifestantes y luego atacar. Eso allá estaba grave, menos mal, pensé nuevamente, me vine para acá.

En medio de la angustia de cómo estaban los otros jóvenes, no nos dimos cuenta cuando llego un grupo de muchachos y muchachas vestidos como estudiantes, con el rostro tapado con sacos y empezaron a lanzar piedras contra la estación. Los vidrios comenzaron a volar y más y más piedras tiraban, el ruido era enloquecedor y nosotros gritábamos que eso no estaba dentro de los planes, que pararan, pero ya era tarde, iniciaba la destrucción, el robo y el vandalismo. La ansiedad y el miedo  se apoderaron de nosotros y no sabíamos qué hacer, entonces nos desplegamos hacia  los costados y el grupo se fraccionó.


A los pocos minutos llego la policía, el Esmad, a ese al que le había huido todo el día y comenzó la batalla campal, piedras, gases, ensordecedores, parecía la batalla final. Entonces nos comenzaron a perseguir  como si nosotros hubiéramos sido los culpables de esa barbarie, muchos de mis compañeros al huir fueron atrapados, golpeados, pateados y subidos a un camión sin importar que fueran niñas o niños, sin darles tiempo siquiera  de respirar; pero a esos que no fueron invitados y llegaron a sabotear lo que nosotros consideramos una causa justa, ninguno fue atrapado, me pregunto ¿por qué?, ¿será que tienen experiencia en volarse? o ¿será que la policía solo se la monta a los estudiantes?, no sé qué pasó.

En medio del desespero y el pánico corrí tanto y tanto que deje a mis espaldas los gritos de auxilio de mis compañeros de jornada y luego de huir velozmente por muchas cuadras, pare, me senté y me recosté contra una pared, pensé en ellos, en Juan, en Cony, en Natalia y... en esos otros tantos. Lloré de impotencia, de rabia, porque me di cuenta tristemente que el problema no era mi profesora, ni el trabajo que con tanto esfuerzo hice para entregar, ni el transmilenio, me di cuenta que en este país de ¡mierda! nos educan para matarnos entre nosotros, entre todos los que tenemos hambre, entre todos los que cada mañana salen a luchar por la comida de su familia y que los qué roban como esos malnacidos saboteadores o los grandes señores que se jactan de robarnos miles y millones de pesos, no les pasa nada. 

Dure en la misma posición un largo tiempo hasta que el frío de la noche se metió lentamente entre mis huesos, entonces decidí no correr más y camine hacia mi casa a lo largo de la calle con el andar cansado del derrotado y del indignado, que muy seguramente después de retomar fuerzas volverá  un día a apoyar a la justicia y levantará su grito contra un Estado corrupto e incapaz. Hoy yo solo quería entregar mi trabajo y sin querer estuve en el paro del transmilenio.



domingo, 11 de marzo de 2012

Sin querer estuve en el paro de Transmilenio - Primera entrega


Crónica
Por: Claudiasincensura

Todo presagiaba que mi día iba a ser normal. Tomé una ducha, desayune y salí de casa a las 5:45 de  la mañana como todos los días. Respiré profundo porque sabía qué me esperaba al tomar el transmilenio, pero igual cogí mi camino que es aproximadamente de siete cuadras para esperar el alimentador, ya eran las seis, la hora justa para llegar a clase.

Portal de la 170 con autopista norte
Pero vaya sorpresa, este transporte que me llevaría al portal más cercano se estaba demorando más de lo acostumbrado, habían pasado casi veinticinco minutos, entonces decidí caminar hasta el portal que está a unas doce cuadras, me molesto, pero debía llegar a la universidad  y entregar un trabajo final que hice hasta las tres de la mañana, ¡estaba muerto!. Al igual que yo, en esta mañana fría de viernes, mucha gente caminaba a mi lado hacia la terminal de transmilenio.

Llegue al portal, las filas para comprar la tarjeta eran interminables y ahí mi paciencia comenzó a agotarse. Pensé: no hay derecho que no hayan alimentadores y que ahora tenga que esperar no sé cuánto tiempo, para poder comprar esta ¡maricada!. Solo veía la cara de mi profesora gorda, mirando su reloj  y cerrando la puerta a las 7:15 de la mañana  diciendo: el que llegó, llegó, porque es un irrespeto para los compañeros llegar tarde. Ahhh me exaspera no llegar a tiempo.

Por fin obtuve la tarjeta, ingrese a la plataforma e hice la fila o mejor me uní al tumulto de siempre para subir al articulado, mientras una voz decía por el alto parlante: Transmilenio se permite informar que los alimentadores están demorados por trancones en la vía… bah ya lo sabía, pero igual la voz continuaba… los articulados tienen retraso porque hay bloqueos en las vías y se informa que se demorarán en pasar… mire el reloj 7:13 minutos e imagine a la gruñona profesora parada en la puerta como siempre y como si fuéramos niños de jardín diciendo: me parece un irrespeto bla, blá

Pasados quince minutos llego un bus después de ver una larga fila de ellos que decían: "en tránsito" y jocosamente me preguntaba para alegrarme la mañana y ¿dónde quedará la estación "en tránsito"?. 

¡Oh por Dios!, comenzaron los empujones y los golpes normales de cada mañana para subir a este transporte y me acomode para empujar lo más fuerte posible mientras el vehículo estacionaba… uyyyy lo logré entre de últimas y quede pegado a la puerta que se cerró a mis espaldas con dificultad, entonces comencé a girar para poder mirar hacia afuera y mis ojos apuntaron a un letrero que decía: no ubicarse en la zona amarilla  porque puede ser peligroso… bueno algo así decía, y pensé tan bobos todos los días y a toda hora la gente se para aquí, si saben que es peligroso por qué no mandan varios servicios seguidos,  ¿cómo para qué el letrerito?.

El bus arrancó,  se abrió hacia la derecha y avanzó unos metros cuando fuera de la plataforma se diviso un grupo de manifestantes que impedían el paso y frente a ellos unos policías de negro, los del Esmad, esos que crearon los gringos para controlar las protestas. Entonces recordé que semanas anteriores por las redes sociales se había convocado a un paro para paralizar el sistema; ay! pero ya no podía hacer nada, la profe gorda ya abría cerrado la puerta y yo estaba como una sardina enlatada y me dije no hay nada que hacer hoy nueve de marzo. Nunca imagine que iba a vivir en carne propia una protesta que a todas luces era justificada, porque como yo eran miles los usuarios que lo vivían todos los días. Lo acepte resignado.

Afuera del automotor se oían gritos de los protestantes que pedían dignidad en el transporte, bajos precios, tarifas especiales para los estudiantes, discapacitados y personas de la tercera edad. Entonces este grupo de uniformados comenzó a golpear sus escudos protectores con los bolillos y se dirigieron amenazantes hacia al grupo, la gente desde los articulados les pedían que no lo hicieran, pero ellos avanzaban, los protestantes apostados al frente y al costado de los buses no se movían y seguían gritando, cuando de repente estos militares sacaron de los bolsillos de camuflaje varios tubos que tiraron uno a uno al suelo y cuando estallaron salió un humo verde que invadió el ambiente y comenzamos a toser y nuestras vías respiratorias se alteraron, fue brutal porque quienes estábamos adentro no teníamos escapatoria, mientras los protestantes tuvieron que correr afanosamente para salvarse de este olor. En ese momento en medio del estornudo de todos los pasajeros y la angustia de ahogo, el vehículo se puso en marcha por orden de los policías.

Pensé que se había superado y que tenía la disculpa perfecta para la maestra. El bus avanzó, hizo las paradas correspondientes en diferentes estaciones y se veían racimos de personas que peligrosamente se asomaban a ver si ese era su transporte, no había mucha diferencia con respecto a lo que se vive todos los días, esto era una locura, nadie se bajaba y todos querían  subir a la fuerza, de repente se escucho la voz del conductor diciendo: se deben bajar en la próxima parada porque esta bloqueado el sistema en el resto de recorrido, se oyeron comentarios grotescos, se vieron caras de angustia y yo solo pensaba en mi profesora…

Ver imágenes en youtube

Me baje, ahora estaba más cerca de la universidad que de mi casa, así que respire nuevamente y decidí caminar por la caracas hasta mi destino, quizá hubiera sido mejor  devolverme y no avanzar. La fila de articulados era interminable y comenzaban a retornar al portal. 

En las siguientes estaciones vi a jóvenes sentados en las esquinas evitando el paso de los buses rojos,  sus rostros descubiertos y todo en paz. Seguí avanzando y me encontré una manifestación poco usual, algunos estudiantes de colegio y universitarios también habían salido a protestar y muy folclóricamente se habían subido sobre los buses para detenerles su camino y lo lograron. En esta estación me detuve, había alegría, risas, gritos de protesta y peticiones como las que había escuchado momentos antes en el portal.


De pronto me volví a encontrar a los “policías de negro”, los del  Esmad y me pregunté sí antes tiraron gases lacrimógenos, ¿ahora que van a hacer?,  esta vez venían protegidos con sus tanquetas y comenzaron a avanzar de la misma forma que en el portal, tocando sus escudos a unísono con los bolillos, pero estos jóvenes  no se inmutaron y siguieron sobre los buses y quienes estaban en la vía gritaban “No más transmilenio, precios justos, transporte digno…” 

De repente uno de los policías le dio la orden a un conductor que arrancará con los jóvenes encima del bus y la multitud comenzó a golpear el articulado obligando al conductor a parar y luego sin contemplación a un grupo de estudiantes y menores de edad les lanzaron desde la tanqueta chorros de agua que los obligo a bajarse rápidamente y lograron dispersar la manifestación. Al ver esto corrí rápidamente por el temor de qué me involucran y deje atrás a   los muchachos que fueron valientes   y que  pedían por todos aquellos que diariamente vociferan el inconformismo de este sistema.



Unas cuadras más adelante vislumbre la esquina que me llevaría a la universidad y allí había otro tanto de estudiantes gritando por una mejor calidad en el servicio, sentados en la vía cantaban y reían ajenos de lo que vendría después. Ya eran las 9:30 de la mañana y apresuré mi paso para entregar el trabajo a la furibunda profesora, que quizá en medio de su inconsciencia ya había cerrado la puerta con uno o dos estudiantes en clase… Este era el comienzo de un día extremadamente excitante y lo que nunca me imaginé estaba por venir.

viernes, 9 de marzo de 2012

Paro de Transmilenio en fotografías


Bogotá vivió hoy una de las más duras parálisis de trasporte por los paros realizados en la troncal de transmilenio en el centro de la ciudad y los disturbios ocasionados por vándalos infiltrados en la propuesta, según el informe entregado por las autoridades distritales.

Así lo registraron  el día de hoy:

Fotografías : Claudia sin Censura - Juank Huertas - Juangmercado - Angelika - Steven Gaitán-Giovany Osorio - Colectiva Juana Julia Guzmán