Salud emocional
Los seres humanos por lo general tendemos a discutir a desafiar a quienes nos rodean, pero pocas veces hacemos un alto en el camino para resolver o evitar un conflicto.
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Un conflicto bien manejado fortalece nuestras relaciones con el entorno y nos ayuda a aprender de las diferencias con los demás.
Estas son las recomendaciones prácticas del libro “La magia de pensar en grande” del
escritor estadounidense Napoleón Hill, quien mediante 10 técnicas sencillas plantea la manera para
resolver un conflicto y que hoy cobran más vigencia cuando nuestro mundo personal esta tan agitado.
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1 - Manténgase fresco (a) cuando otros estén furiosos y pierdan
la cabeza. Usted tiene el control sobre sus emociones, no lo pierda. No se
trata de no demostrar su molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después
arrepentirse de una acción cometida en un momento de descontrol.
2 - Recuerde que cada discusión tiene al menos tres puntos
de vista: el suyo, el del otro y el de terceros, los cuales probablemente están
más cerca de la objetividad. Siendo más versátil y viendo las cosas desde la
perspectiva de los demás, enriquecerá su propio punto de vista.
3 - Espere a calmarse antes de hablar. Tenga en cuenta que
la relación es más importante que la discusión. Dele más relevancia a las
personas que a las opiniones.
4 - Trate a toda persona con la cual tenga contacto como si
fuera un pariente rico, de quien espera ser incluido en su testamento. Nunca se
arrepienta de tratar muy bien a la gente. Es el mejor negocio en todos los
sentidos.
5 - Busque el lado positivo y agradable, aún de las
situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que le ayudará a
pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en
oportunidades.
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6 - Establezca el hábito de hacer preguntas y, sobre todo,
de escuchar las respuestas. Pregunte antes de reaccionar. Algunas veces
disparamos y después preguntamos. También preguntamos, pero escuchamos para
contestar, y no para tratar de entender.
7 - No haga o diga nada que pueda herir o hacerle daño a
otra persona. Aferrase al proverbio que dice que todo lo que uno haga, se
devolverá. La gente no recuerda tanto lo que usted dice o hace, sino la
intención con la que lo hace.
8 - Sea consciente de la diferencia entre análisis amigable
y crítica destructiva. Observe si el propósito de sus palabras es ayudar, desahogarse,
o hacer daño.
9 - Tenga presente que si tolera a los demás, ellos también
serán pacientes con usted en los aspectos no muy gratos de su personalidad.
10 - El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar
responsabilidad. No olvide que un conflicto bien manejado fortalece la
relación, y le ayuda a aprender de las diferencias.
Recuerde siempre que lo más importante que un ser humano debe tener es paz y tranquilidad, porque el resto vendrá por añadidura.